Qué sería de la vida sin los retos que se presentan en el camino. Personales, profesionales o de la índole que sean, se cruzan a diario en el trayecto para solventarlos de la mejor forma posible. Da igual la edad y el momento que se atraviese, lo importante es aceptarlos y vencerlos. A poder ser, en compañía.
Algo parecido le sucede a Xavier, el eterno Erasmus. Ha pasado más de una década de su estancia de estudios en Barcelona y desde entonces, los retos que se le han planteado han ido in crescendo, conforme a su estable posición social y su trabajo como escritor se han ido acomodando. Sin embargo, como ya le ocurriera en la ciudad condal, comprueba que esos desafíos, junto a la gente que le rodea, componen un rompecabezas que aderezan la salsa de la vida. Una existencia que le ha llevado a cruzar el charco para instalarse en Nueva York, con el pretexto de terminar su última novela en la que se encuentra inmerso y ya rozando los cuarenta y de encontrar varias respuestas a las preguntas que, desde Barcelona, copan su biografía.
Así y por tercera vez, el actor, director y guionista francés, Cédric Klapisch, rescata a su personaje más emblemático para ¿cerrar? su particular trilogía que arrancó con la fascinante Una casa de locos y Las muñecas rusas. En tres actos, el galo ha logrado narrar la evolución personal de los personajes y, en especial, el tránsito de la juventud a la madurez de un escritor como otro cualquiera, sencillo y que, eso sí, no para de correr y correr por la vida, saltando todos los obstáculos que se le presentan y que, por otro lado, consiguen sacar más de una sonrisa.
Como si de un puzzle se tratara, Klapisch lanza desde los títulos de crédito las piezas que componen la obra, llevando a cabo una laboriosa mezcla que, poco a poco, se va montando hasta lograr dar con la respuesta que Xavier -fantástico Romain Duris- ansía desde que apareció por primera vez en pantalla: es la vida un drama, una comedia o una mezcla de ambas. Lo bueno es que, al final, cada uno sacará sus propias conclusiones y eso es un auténtico acierto del realizador francés.
Al igual que en sus predecesoras, la presencia femenina juega un papel vital en la cinta y, por añadidura, en la vida de Xavier. Repiten Audrey Tautou (Amelie, La espuma de los días), como Martine, cuya transformación resulta de lo más hilarante, protagonizando parte de los momentos más cómicos del filme; Cécile de France (El niño de la bicicleta, Más allá de la vida), que da vida a Isabelle, inseperable amiga de Xavier, lesbiana y la que tal vez más de los cuatro protagonistas se niegue a madurar; y Kelly Reilly (Sherlock Holmes, El vuelo), metiéndose en la piel de Wendy, exmujer de Xavier, quizá la menos evolucionada de todos, lineal desde que la vimos por vez primera en Una casa de locos, histérica y que se marcha a la gran manzana con sus hijos, lo que provoca el éxodo de Xavier y destapa el tarro que se consume a lo largo de la cinta. Tres mujeres radicalmente opuestas unidas por su relación con nuestro querido escritor.
Allí Xavier, como cualquier otro inmigrante, se busca la vida como puede. Con escenas que recuerdan a películas como En América, el escritor y errático padre de familia solventa como puede el día a día en la basta Manhattan. Reflejo de la vida misma, los momentos cómicos y dramáticos se suceden a lo largo del metraje, quizá en ocasiones excesivos, lo que provoca -afortunadamente en pocos momentos- algo de tedio. Pero qué es la vida si no una combinación de ambos elementos. De eso ha tratado está saga que brilla por su sencillez y cotidianidad.
Con recursos como la voz en off de Duris, planos desenfrenados y giros de cámara oportunos, Klapisch despierta al espectador cuando el sopor empieza a relucir. Una película que seguirá enamorando a los que quedamos prendados de Una casa de locos y que entretendrá y despertará más de una sonrisa a aquellos que, por primera vez, se aproximan a una historia que habla del intercambio cultural, la amistad, la paternidad y el eterno paso de la juventud a la madurez. En definitiva, un delicioso rompecabezas chino a la francesa.
Título original: Casse-tête chinois (Chinese Puzzle)
Año: 2013
Género: Comedia / Drama / Drama-Romántico / Comedia Romántica
Duración: 117 min.
País: Francia
Director: Cédric Klapisch
Guión: Cédric Klapisch
Música: Christophe Minck
Fotografía: Natasha Braier
Reparto: Romain Duris, Audrey Tautou, Cécile De France, Kelly Reilly, Sandrine Holt, Flore Bonaventura, Jochen Hägele, Benoît Jacquot, Pablo Mugnier-Jacob, Margaux Mansart, Amin Djakliou, Clara Abbasi, Li Jun Li, Sharrieff Pugh, Peter McRobbie, Jason Kravits, Byron Jennings, Peter Hermann, Martine Demaret, Adrian Martinez.
Premios: 2013: Nominada a mejor BSO en los Premios Cesar.
Puntuación: 7/10
Algo parecido le sucede a Xavier, el eterno Erasmus. Ha pasado más de una década de su estancia de estudios en Barcelona y desde entonces, los retos que se le han planteado han ido in crescendo, conforme a su estable posición social y su trabajo como escritor se han ido acomodando. Sin embargo, como ya le ocurriera en la ciudad condal, comprueba que esos desafíos, junto a la gente que le rodea, componen un rompecabezas que aderezan la salsa de la vida. Una existencia que le ha llevado a cruzar el charco para instalarse en Nueva York, con el pretexto de terminar su última novela en la que se encuentra inmerso y ya rozando los cuarenta y de encontrar varias respuestas a las preguntas que, desde Barcelona, copan su biografía.
Audrey Tautou y Romain Duris comparten las escenas más cómicas de la película (A Contracorriente). |
Así y por tercera vez, el actor, director y guionista francés, Cédric Klapisch, rescata a su personaje más emblemático para ¿cerrar? su particular trilogía que arrancó con la fascinante Una casa de locos y Las muñecas rusas. En tres actos, el galo ha logrado narrar la evolución personal de los personajes y, en especial, el tránsito de la juventud a la madurez de un escritor como otro cualquiera, sencillo y que, eso sí, no para de correr y correr por la vida, saltando todos los obstáculos que se le presentan y que, por otro lado, consiguen sacar más de una sonrisa.
Como si de un puzzle se tratara, Klapisch lanza desde los títulos de crédito las piezas que componen la obra, llevando a cabo una laboriosa mezcla que, poco a poco, se va montando hasta lograr dar con la respuesta que Xavier -fantástico Romain Duris- ansía desde que apareció por primera vez en pantalla: es la vida un drama, una comedia o una mezcla de ambas. Lo bueno es que, al final, cada uno sacará sus propias conclusiones y eso es un auténtico acierto del realizador francés.
Isabelle, Xavier, Wendy y Martine vuelven a reunirse en Nueva York (A Contracorriente). |
Al igual que en sus predecesoras, la presencia femenina juega un papel vital en la cinta y, por añadidura, en la vida de Xavier. Repiten Audrey Tautou (Amelie, La espuma de los días), como Martine, cuya transformación resulta de lo más hilarante, protagonizando parte de los momentos más cómicos del filme; Cécile de France (El niño de la bicicleta, Más allá de la vida), que da vida a Isabelle, inseperable amiga de Xavier, lesbiana y la que tal vez más de los cuatro protagonistas se niegue a madurar; y Kelly Reilly (Sherlock Holmes, El vuelo), metiéndose en la piel de Wendy, exmujer de Xavier, quizá la menos evolucionada de todos, lineal desde que la vimos por vez primera en Una casa de locos, histérica y que se marcha a la gran manzana con sus hijos, lo que provoca el éxodo de Xavier y destapa el tarro que se consume a lo largo de la cinta. Tres mujeres radicalmente opuestas unidas por su relación con nuestro querido escritor.
Rompecabezas chino
La peculiaridad de esta trilogía radica, esencialmente, en el choque entre culturas. Lo vimos en la primera y segunda entrega y aquí, como no podía ser de otra forma, vuelve a repetirse. En esta ocasión, el rocambolesco rompecabezas de historias y personajes tiene un toque asiático, al situarse gran parte de la trama en el barrio chino neoyorkino; la popular Chinatown.Xavier se traslada a Chinatown, en Manhattan, para seguir buscando las respuestas a la vida (A Contracorriente). |
Allí Xavier, como cualquier otro inmigrante, se busca la vida como puede. Con escenas que recuerdan a películas como En América, el escritor y errático padre de familia solventa como puede el día a día en la basta Manhattan. Reflejo de la vida misma, los momentos cómicos y dramáticos se suceden a lo largo del metraje, quizá en ocasiones excesivos, lo que provoca -afortunadamente en pocos momentos- algo de tedio. Pero qué es la vida si no una combinación de ambos elementos. De eso ha tratado está saga que brilla por su sencillez y cotidianidad.
Con recursos como la voz en off de Duris, planos desenfrenados y giros de cámara oportunos, Klapisch despierta al espectador cuando el sopor empieza a relucir. Una película que seguirá enamorando a los que quedamos prendados de Una casa de locos y que entretendrá y despertará más de una sonrisa a aquellos que, por primera vez, se aproximan a una historia que habla del intercambio cultural, la amistad, la paternidad y el eterno paso de la juventud a la madurez. En definitiva, un delicioso rompecabezas chino a la francesa.
Ficha Técnica
Título original: Casse-tête chinois (Chinese Puzzle)
Año: 2013
Género: Comedia / Drama / Drama-Romántico / Comedia Romántica
Duración: 117 min.
País: Francia
Director: Cédric Klapisch
Guión: Cédric Klapisch
Música: Christophe Minck
Fotografía: Natasha Braier
Reparto: Romain Duris, Audrey Tautou, Cécile De France, Kelly Reilly, Sandrine Holt, Flore Bonaventura, Jochen Hägele, Benoît Jacquot, Pablo Mugnier-Jacob, Margaux Mansart, Amin Djakliou, Clara Abbasi, Li Jun Li, Sharrieff Pugh, Peter McRobbie, Jason Kravits, Byron Jennings, Peter Hermann, Martine Demaret, Adrian Martinez.
Premios: 2013: Nominada a mejor BSO en los Premios Cesar.
Puntuación: 7/10
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