Tal es el caso de Philomena, la última película hasta la fecha de Stephen Frears (The Queen, Alta Fidelidad) basada en la vida real de Philomena Lee, una mujer irlandesa que queda embarazada a los 14 años y se ve obligada a residir en el convento de Roscrea. Allí cría la pequeño Anthony hasta los tres años de edad, momento en el que las monjas se lo arrebatan para venderlo a una familia norteamericana, algo habitual en la época. A partir de entonces, Philomena dedica el resto de su vida a buscarlo recurriendo, cincuenta años después del ominoso robo, a la ayuda del periodista Martin Sixmith, venido a menos por diversos conflictos profesionales.
La historia rebosa drama -y más de una sorpresa- por los cuatro costados, pero Steve Coogan (24 Hours Party People, Tropic Thunder), como guionista y productor, adapta con brillantez y sin caer en los clichés del género, el libro homónimo de Martin Sixsmith, al que además da vida con la sencillez y naturalidad que caracterizan a este gran actor británico. Coogan sabe combinar a la perfección la acidez de su humor, aplicada en varios momentos de la cinta para rebajar con acierto la tensión dramática de la trama, con la seriedad que requiere un tema tan repugnante como el de los bebés robados que, desgraciadamente, tanto nos suena en nuestro país.
El de Manchester acompaña admirablemente a la perfecta Judi Dench (Iris, Chocolat), encargada de ponerle rostro a este crimen perpetrado por una ambivalente Iglesia Católica y que ha destruido la vida de cientos de familias de un tiempo a esta parte. La actriz británica hace un auténtico ejercicio de sinceridad y honestidad para meterse en la piel de la desdichada Philomena cuando esta ya es mayor -Sophie Kennedy Clark (Sombras Tenebrosas, Nymphomaniac) interpreta a Philomena en su juventud-. Una actuación memorable que quedará registrada en los anales del séptimo arte.
Es irresistible el magnetismo que desborda su personaje y lo bien que lo trasmite. Una mujer repleta de humanidad y bondad infinita; fuerte, inocente y pura, conservando su espiritualidad a pesar del duro revés recibido y dando una lección de lo que verdaderamente simboliza el catolicismo. La veterana y carismática actriz sobrecoge con su interpretación avasalladora, reflejando la ingenuidad indulgente de esta generación que sufrió los abusos de una parte de los estamentos eclesiásticos.
Judi Dench y Steve Coogan desbordan talento en 'Philomena'. |
Resulta maravilloso contemplar la forma de influir entre uno y otro en un relato conmovedor. Tanto en Philomena como en Sixmith, se producen luchas internas provocadas por el apoyo que se prestan. Afortunadamente, la película camina entre las aguas del melodrama, llegando a zozobrar en algún ligero instante pero sin hundirse en el tedio, saliendo a flote sutilmente gracias a la labor interpretativa de la pareja protagonista.
Frears, mágnifico narrador de historias
Philomena es una muestra más del dominio que ostenta Stephen Frears a la hora de narrar buenas historias. Su manejo de la cámara, con tiempo pausado y sin excentricidades en los planos, aparte de un buen empleo del flashback como recurso narrativo, hacen que la intriga fluya por sí sola. El cineasta deja que los personajes y el guión discurran sosegadamente para atrapar al espectador y provocar en él sensaciones encontradas.No hay trampas. Desde el primer momento tanto Frears como Coogan ponen el blanco de la crítica en la Iglesia Católica. Sin embargo, gracias al espíritu redentor de Philomena, que tan bien plasma Judi Dench, el perdón a la institución y en especial a la figura de las monjas corrompidas en el robo de bebés, flota en el ambiente, dejando una sensación reconfortante de esperanza.
La película pone en tela de juicio el peligro de la religiosidad mal entendida. |
A ello contribuye indudablemente el gran trabajo musical de Alexandre Desplat (Argo, El discurso del Rey, Fantástico Sr.Fox, Renoir) que compone una banda sonora melodiosa y, en ocasiones, dulcificante, para acompañar las secuencias más dramáticas de la cinta. Una merecida nominación al Oscar para el compositor francés que sabe acertar con el tono requerido en esta trágica historia.
Steve Coogan, Judi Dench (arriba), Martin Sixsmith y Philomena Lee (abajo). |
Su oportunidad en el tiempo hacen de ella una película inapelable y, en cierto sentido, reparadora. Todo un despliegue de sentimientos bien guionizados, dirigidos y, sobre todo, interpretados. Una muestra más de la peculiaridad del cine a la hora de alertar y evidenciar los problemas y ambigüedades de la sociedad, en general, y sus instituciones religiosas, políticas y el ser humano en particular. Aunque la Iglesia a veces lo olvida, "la verdad os hará libres", y prueba de ello es este filme redentor.
Ficha Técnica
Título original: Philomena
Año: 2013
Género: Drama / Hechos Reales / Periodismo
Duración: 98 min.
País: Reino Unido
Director: Stephen Frears
Guión: Steve Coogan, Jeff Pope (Libro: Martin Sixsmith)
Música: Alexandre Desplat
Fotografía: Robbie Ryan
Reparto: Judi Dench, Steve Coogan, Charlie Murphy, Simone Lahbib, Anna Maxwell Martin, Neve Gachev, Sophie Kennedy Clark, Charlotte Rickard, Nichola Fynn
Premios: 2013: Oscars: 4 nominaciones: Película, Actriz (Dench), Guión Adaptado y BSO
2013: Globos de Oro: 3 nominaciones, incluyendo mejor película
2013: Premios BAFTA: Mejor guión adaptado. 4 nominaciones
2013: Festival de Venecia: Mejor guión y Premio SIGNIS
Puntuación: 8/10
A mi me parece que la reacción de Philomena es de sumisión ante las monjas, no llegue a creerlo.
ResponderEliminarMe parece una reacción mucho mas normal la del periodista,