Estados Unidos es la tierra de las oportunidades. No lo digo yo, sino sus más de doscientos años de historia que han demostrado como hasta la persona más exigua del planeta puede triunfar y ser feliz en un país, cuya Declaración de Independencia, sin ir más lejos, garantiza la búsqueda de la misma. Lo que comúnmente se conoce como el sueño americano. Una idea a la que se ha aproximado Martin Scorsese en El lobo de Wall Street.
Aunque no lo parezca, Marty, aparte de uno de los mejores cineastas de su generación, es un estudioso de la sociedad norteamericana y su historia. Ejemplos en su filmografía hay muchos, pero me quedo especialmente con uno: Gangs of New York, curiosamente la primera colaboración que llevaron a cabo el director y su actor fetiche del momento, Leonardo DiCaprio.
"América se forjó en las calles", rezaba el eslogan de esta fantástica película que, incomprensiblemente, se fue de vacío en la ceremonia de los Oscar de 2003, a pesar de sus diez nominaciones. El neoyorkino nos mostraba, con Manhattan como ejemplo, un país dividido en el que imperaba la violencia, la corrupción y los excesos; donde Leo jugaba un papel muy destacado, aunque a la sombra de Daniel Day-Lewis.
Catorce años después y nuevamente bajo las órdenes de Scorsese (tras El Aviador, Shutter Island e Infiltrados), DiCaprio asume el total protagonismo para convertirse en El lobo de Wall Street, mostrando desde otra perspectiva mucho más cómica, una América que se ha olvidado de las calles en las que se forjó y ha sucumbido al lujo -sexo y dinero-, la violencia y la corrupción, elementos imprescindibles a la hora de alcanzar el auténtico sueño americano.
Con guión de Terence Winter -el mismo que ha escrito episodios de Los Soprano y creó Boardwalk Empire-, el filme está basado en la autobiografía de Jordan Belfort -el personaje real hace un cameo en la película-, un extravagante agente de bolsa, famoso por sus alocadas fiestas y una ascensión meteórica en el terreno de los negocios. No en vano, a sus 26 años logró lo que cualquier ser humano en su sano juicio anhela conseguir: hacerse asquerosamente rico. Aunque los medios no sean del todo lícitos -qué rico es honrado y honesto-, algo que rápidamente atraerá la mirada de los cazadores del FBI.
DiCaprio no era nuevo en estas lides, ya que en Atrápame si puedes interpretaba un rol semejante. Sin embargo en esta ocasión lo tenía más difícil, atendiendo a los rasgos personales que definen al personaje central. Alguien que, no olvidemos es un delincuente, pero cuyo magnetismo hace que llegues a entender y compartir algunos de sus actos - "No hay nobleza en la pobreza. He sido un hombre rico y un hombre pobre, pero escojo la vida de rico a cada momento", una frase que suscribe hasta el más idealista de los humanos-.
De esta forma y en un ejercicio de madurez absoluta, Leo borda su actuación, coronando la cima de su trayectoria cinematográfica. Tal es la superioridad que envuelve a su figura, que en ocasiones pareces estar viendo al Jack Nicholson de Alguien voló sobre el nido del cuco junto al Robert de Niro de Casino, pero en una sola persona.
A este clímax contribuyen también unos secundarios de lujo. Entre ellos, Kyle Chandler (Súper 8, Argo), quien -como no- da vida al implacable agente del FBI que atrapó a Jordan; la impresionante Margot Robbie, que interpreta de forma correcta a la segunda esposa de Belfort; y una serie de rostros conocidos como el ganador del Oscar Jean Dujardin (The Artist), el cineasta Rob Reiner (El presidente y Miss Wade, Cuenta conmigo) o John Bernthal (The Walking Dead), entre otros.
Mención especial merecen Matthew McConaughey (Killer Joe, Mud) y Jonah Hill. El primero comparte plano con Leo en una secuencia que quedará grabada en los anales del séptimo arte. Poco más de diez minutos le bastan para demostrar el buen momento de forma que atraviesa su carrera. Por su parte Hill (Supersalidos, Moneyball) deja patente una vez más su dominio de registros cómicos, asemejándose mucho su rol a los papeles que caracterizaron la carrera de Joe Pesci junto a Scorsese.
Y es que Martin, sabedor de que tiene entre las manos una historia llena de matices cómicos y, en cierto momento, dramáticos se entrega a la locura y el desmadre que representa la vida de este excéntrico tiburón de los negocios. Hace partícipe al espectador de la trama gracias a la forma en que DiCaprio, narrador omnisciente, cuenta directamente la historia al público. Un recurso que, personalmente, me encanta y que te alcanza de lleno, como ya ocurriera en Uno de los nuestros.
Aunque no lo parezca, Marty, aparte de uno de los mejores cineastas de su generación, es un estudioso de la sociedad norteamericana y su historia. Ejemplos en su filmografía hay muchos, pero me quedo especialmente con uno: Gangs of New York, curiosamente la primera colaboración que llevaron a cabo el director y su actor fetiche del momento, Leonardo DiCaprio.
"América se forjó en las calles", rezaba el eslogan de esta fantástica película que, incomprensiblemente, se fue de vacío en la ceremonia de los Oscar de 2003, a pesar de sus diez nominaciones. El neoyorkino nos mostraba, con Manhattan como ejemplo, un país dividido en el que imperaba la violencia, la corrupción y los excesos; donde Leo jugaba un papel muy destacado, aunque a la sombra de Daniel Day-Lewis.
Catorce años después y nuevamente bajo las órdenes de Scorsese (tras El Aviador, Shutter Island e Infiltrados), DiCaprio asume el total protagonismo para convertirse en El lobo de Wall Street, mostrando desde otra perspectiva mucho más cómica, una América que se ha olvidado de las calles en las que se forjó y ha sucumbido al lujo -sexo y dinero-, la violencia y la corrupción, elementos imprescindibles a la hora de alcanzar el auténtico sueño americano.
Con guión de Terence Winter -el mismo que ha escrito episodios de Los Soprano y creó Boardwalk Empire-, el filme está basado en la autobiografía de Jordan Belfort -el personaje real hace un cameo en la película-, un extravagante agente de bolsa, famoso por sus alocadas fiestas y una ascensión meteórica en el terreno de los negocios. No en vano, a sus 26 años logró lo que cualquier ser humano en su sano juicio anhela conseguir: hacerse asquerosamente rico. Aunque los medios no sean del todo lícitos -qué rico es honrado y honesto-, algo que rápidamente atraerá la mirada de los cazadores del FBI.
Actores sobresalientes
"Sí, a diario consumo suficiente droga como para sedar a Manhattan, Long Island y Queens... por un mes". Este tipo de frases evidencian un personaje peculiar y en ocasiones grotesco, adicto al sexo y la depravación, al que Leo da vida en la que probablemente sea la mejor interpretación de su carrera hasta la fecha.Leonardo DiCaprio realiza una interpretación descomunal (Universal). |
De esta forma y en un ejercicio de madurez absoluta, Leo borda su actuación, coronando la cima de su trayectoria cinematográfica. Tal es la superioridad que envuelve a su figura, que en ocasiones pareces estar viendo al Jack Nicholson de Alguien voló sobre el nido del cuco junto al Robert de Niro de Casino, pero en una sola persona.
McConaughey y Leo comparten, probablemente, una de las mejores escenas de toda la película. |
Mención especial merecen Matthew McConaughey (Killer Joe, Mud) y Jonah Hill. El primero comparte plano con Leo en una secuencia que quedará grabada en los anales del séptimo arte. Poco más de diez minutos le bastan para demostrar el buen momento de forma que atraviesa su carrera. Por su parte Hill (Supersalidos, Moneyball) deja patente una vez más su dominio de registros cómicos, asemejándose mucho su rol a los papeles que caracterizaron la carrera de Joe Pesci junto a Scorsese.
El don de Scorsese
Es obvio que el director neoyorkino lo tiene. O mejor dicho, los tiene. Salvo contadas excepciones sus películas se encuentran en el imaginario colectivo de cualquiera que ame el cine. A lo largo de su filmografía se ha construido todo un universo que, en el caso de El lobo de Wall Street, se condensa en casi tres horas de duración que parecen segundos por su ligereza y dinamismo.
El ritmo vertiginoso con el que están filmadas las escenas ayuda a esa liviandad. En cada uno de los planos elegidos -atención al espléndido trabajo de montaje-, Scorsese hace toda una demostración del domino de la cámara. Sirvan de ejemplo el momento en que DiCaprio y Dujardin comparten secuencia en Suiza. Una escena cargada de simbología, que atrapa en la butaca y, desde luego, más sutil que la rata de Infiltrados. Esta, junto al viaje a Suiza, la preparación de una de las fiestas o la reunión que Jordan mantiene con sus amigos y posteriormente socios -esa conversación de Leo convenciendo a un cliente para invertir es magnífica-, pasan ya a formar parte de la historia cinematográfica de Scorsese.
Leo se dirige directamente al espectador, haciéndole partícipe en todo momento de la historia. |
Al igual que en el clásico de los 90, la música pone la guinda a una película en la que nada sobra. Todo es perfecto. Con la colaboración de Howard Shore (El Señor de los Anillos, El silencio de los corderos), el de Queens sabe escoger el tema indicado para acompañar de fondo a las escenas. Clásicos que nunca han pasado de moda y que siempre están ahí, igual que él.
Solo la historia podrá juzgar el verdadero nivel de esta cinta. Lo cierto es que los amantes del cine de Marty, como un servidor, no pueden sentirse defraudados, ya que El lobo de Wall Street es cien por cien Scorsese. Una película necesaria para entender muchos de los males que nos acucian en la actualidad. Eso sí, en clave de humor negro, que inevitablemente hará disfrutar sin límites, aplaudir y alabar, una vez más, al maestro italoamericano. Gracias, Marty.
Solo la historia podrá juzgar el verdadero nivel de esta cinta. Lo cierto es que los amantes del cine de Marty, como un servidor, no pueden sentirse defraudados, ya que El lobo de Wall Street es cien por cien Scorsese. Una película necesaria para entender muchos de los males que nos acucian en la actualidad. Eso sí, en clave de humor negro, que inevitablemente hará disfrutar sin límites, aplaudir y alabar, una vez más, al maestro italoamericano. Gracias, Marty.
Ficha técnica
Título original: The Wolf of Wall Street
Año: 2013
Género: Comedia/Drama
Duración: 179 min.
País: Estados Unidos
Director: Martin Scorsese
Guión: Terence Winter (Libro: Jordan Belfort)
Música: Howard Shore
Fotografía: Rodrigo Prieto
Reparto: Leonardo DiCaprio, Jonah Hill, Matthew McConaughey, Jean Dujardin, Kyle Chandler, Rob Reiner, Jon Bernthal, Jon Favreau, Ethan Suplee, Margot Robbie, Cristin Milioti, Katarina Cas, Joanna Lumley
Premios: 2013: Premios Oscar: 5 nominaciones, incluyendo mejor película y director
2013: Globo de Oro mejor actor de comedia (Di Caprio).
2013: Critics Choice: Mejor actor de comedia (Dicaprio). 6 nominaciones
2013: Premios BAFTA: 4 nominaciones, incluyendo Mejor director
Puntuación: 10/10
2013: Globo de Oro mejor actor de comedia (Di Caprio).
2013: Critics Choice: Mejor actor de comedia (Dicaprio). 6 nominaciones
2013: Premios BAFTA: 4 nominaciones, incluyendo Mejor director
Puntuación: 10/10
Buen artículo Roberto. Ahora véndeme un boli.
ResponderEliminarUna película brutal y dura que por momentos se hace complicada de ver. A nosotros nos encantó, sobre todo por la brillante interpretación de DiCaprio (y el resto de casting)
ResponderEliminarHemosVisto!